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Con la enfermedad de alzhéimer pasa lo mismo que con los accidentes de trafico o el cáncer. Pensamos que nunca puede pasarnos a nosotros, pero ahí está,con una incidencia en crecimiento exponencial, irreversible, progresiva y por lo tanto incurable. ¿Quién no tiene un familiar, un amigo, un conocido afectado por esta enfermedad?

 

He desarrollado parte de mi actividad profesional en una clínica especializada en el tratamiento del alzhéimer y no he podido acostumbrarme  a asistir al gradual deterioro cognitivo y físico de los pacientes, a una edad en la que deberían estar disfrutando de su jubilación y tiempo de ocio. Uno no sabe si además de olvidar sus recuerdos también olvidan sus emociones

 

Las familias se mueven entre la melancolía y angustia por la enfermedad y la nostalgia de los recuerdos de cuando esta todavía no había aparecido. Viendo como sus seres queridos se van apagando poco a poco de forma inexorable.

 

Creo que al haber sido observador privilegiado de los devastadores efectos de esta enfermedad en pacientes y familias, veo la vida con otra perspectiva, siendo más selectivo a la hora de valorar lo que realmente es importante, intentando aprovechar el tiempo para sacar el máximo partido a cada día, a cada hora y disfrutar al máximo de mi familia y amigos, no sea que algún día no me acuerde de quiénes son.

 

 

 

Recuerdo enviado por el doctor Fernando Santos, Medicina Interna

Recuerdos

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